La vida es un instante.
Un instante tenue, maravilloso, lleno de momentos, pero breve.
Cada oportunidad que nuestra alma tiene de venir a vivir unos pocos años a un planeta de tercera densidad (donde la conciencia del yo aparece) como la Tierra, es una oportunidad preciosa.
Podemos usarla para crear belleza, o para no hacer nada, o incluso para crear miedo y dolor. Somos libres.
Pero aunque está bien y es sabio mirarnos a nosotros mismos con ojos compasivos cuando cometemos errores, y perdonarnos, también es sabio usar nuestros dones para crear la expresión más cercana a nuestra esencia, que es Amor.
Y una de las expresiones más bellas del amor es la gratitud.
La gratitud es una energía que brilla dentro de nosotros cuando vemos armonía en la vida, cuando sentimos que todo está rodeado de amor, cuando sentimos que todo es perfecto como es.
Y yo hoy quiero dar las gracias.
Cada día doy gracias por muchas cosas, porque he comprobado el maravilloso efecto de la gratitud en mi vida, y he visto cómo crea nuevos espacios en mí que pueden ser rellenados con amor.
Pero hoy especialmente quiero dar las gracias a mi familia terrenal, a los seres con los que he crecido en esta vida, y que me han ayudado a ser lo que soy, con su amor, con sus dudas, con sus retos, con sus cambios de humor, con su humanidad.
Gracias, Mamá (Esther), Papá (Manuel), Elisa, Ester, Diana, por ser maravillosos seres de luz, que me acompañáis en mi viaje por esta vida, y porque valoro mucho vuestra presencia y vuestro amor. Gracias.
Me emociono al escribir lo que siento, y me acuerdo de lo que me emocioné cuando oí la canción de Dani Martin en la que muestra su tristeza por haber perdido a su hermana, y que me hizo saber lo mucho que sentiría yo la tristeza si perdiera a alguien de mi familia, aunque sepa con total certeza que sólo sería una despedida temporal.
Ser humano significa sentir. Y sentir es todo.
Te deseo una semana maravillosa, llena de Amor, Plenitud y Sabiduría.
Un afectuoso saludo,
Manuel Requena
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