Tu camino es brillante.
No siempre lo parece, y de hecho la mayoría de las veces el camino del buscador se parece más a un camino polvoriento, lleno de obstáculos, de piedras que sortear, y de retos que superar.
Cada cierto tiempo, el buscador de la verdad se para, cansado, a veces exhausto, y necesita sentarse en una roca, mirar el paisaje, refrescar sus pies en un arroyo, y meditar, para conectarse con su amor, con su centro, con la eternidad.
Entonces mira el cielo azul, brillante, y el sol, a veces tapado por las nubes, pero él es consciente de que siempre brilla detrás. Y respira hondo, sabiendo que todo está bien.
Pues el camino a veces es duro, y a veces no sabe si está tomando las decisiones correctas, pero sigue caminando, cuando ha podido para a descansar y se siente recuperado.
Todos llevamos a un buscador dentro, a veces dormido, a veces despierto.
Y ese buscador sabe dónde queremos ir, qué caminos queremos recorrer, y que retos nos merece la pena superar.
Y a nuestra parte buscadora le gusta dejarse sorprender por la vida, disfrutar el momento, saborear las victorias, y reflexionar ante las aparentes derrotas, para sacar, de vez en cuando, una perla de amor o de sabiduría.
Y así, paso a paso, seguimos caminando el camino. Tú y yo. Nosotros. Todos.
Tantos caminos como personas, y muchos más.
Cada elección que hacemos, cuenta, y cada opción que no tomamos, crea un nuevo universo.
Como cuento en la introducción de mi próximo libro, “Un buen día, me desperté”.
Y desde ese día, la vida se ha convertido en un gran viaje, más maravilloso todavía de lo que ya era cuando estaba dormido.
El camino sigue teniendo polvo, piedras y arroyos, pero también tiene magia. Mucha magia.
Que la vida te lleve, cuando sea tu momento, a despertar.
Te deseo una semana maravillosa, llena de Amor, Plenitud y Sabiduría.
Un afectuoso saludo,
Manuel Requena