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La vida a veces es un reto.

Cada paso que damos en el camino de búsqueda de la verdad, descubrimos con gran alegría que hemos crecido, que sabemos un poquito más, que nos conocemos un poquito más.

Y al mismo tiempo, con cada paso que damos, la vida nos manda un reto a nuestra medida, para que comprobemos si eso que hemos aprendido está firmemente integrado en nuestro Ser, o bien todavía necesitamos repasar la lección o profundizar en la experiencia.

Pero cuando descubrimos que verdaderamente hemos aprendido una importante lección, que es valiosa para nosotros, sentimos una gran libertad, un gran amor, y un sentimiento de plenitud tan grande, que después nos sirve para mantener nuestra fe en el proceso de la vida, cuando vuelven los momentos difíciles.

En mi vida he tenido grandes momentos de duda y dificultad, y grandes momentos de inspiración y claridad.

Y seguramente, cuando peor estamos, nos preguntamos cuál es el sentido de todo esto, y por qué no son las cosas siempre fáciles, siempre claras, siempre felices y en paz.

Pero como dicen los seres sabios que conozco, la vida es como un crisol, en el que se quema el mineral bruto, para eliminar los residuos y dejar libre y a la luz el oro del espíritu, brillando cada vez más puro sobre la Tierra.

Que tu camino te ayude a ver las gemas y brillantes que habitan en tu interior, para dejar salir el brillo del infinito a través de tus hermosas y únicas facetas.

Te deseo una semana maravillosa, llena de Amor, Plenitud y Sabiduría.

Un afectuoso saludo,

Manuel Requena

 

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