Paisaje

¡Hola de nuevo!

Parece que de nuevo en mí vuelve la calma después de la tormenta, en este caso después de la tormenta de mi mente, que me ha traído unos buenos días de turbulencias internas.

Hay veces que no sabemos cómo afrontar ciertos cambios, o cómo escuchar las señales que nos da la vida, pero la vida siempre acaba encontrando el camino para hablarte, porque tú eres la vida.

Y esto no lo digo como un concepto filosófico, o una frase hecha, afirmo con amor y respeto desde la perspectiva de mi experiencia, que tú eres la vida.

Eres la vida porque la vida la creas tú, ahí, donde estás, mirando el mundo, observando, emitiendo tus pensamientos como una antena de televisión emite sus maravillosas ondas electromagnéticas.

Recientemente he empezado un libro estupendo, “The shift of Ages” de David Wilcock, que explica con soberbia precisión y rigor científico, cómo está formado el universo por un “fluido” de esferas que son unidades de conciencia, unidas por estructuras geométricas que responden a la vibración de cada unidad.

Si lo lees puedes darte cuenta de que todo en el universo responde a los pensamientos y emociones de los seres que están formados por esas esferas de conciencia, incluido, por supuesto, el Ser humano.

Y esto significa que no eres una pieza más del engranaje de la naturaleza, muy ordenada en sus ecosistemas, pero como dicen, “con humanos que se salen de lo natural y empiezan a destruir todo”, sino que todo forma parte de un vasto mar de conciencia inteligente y creativa, incluido tu propio Ser.

Y los seres humanos son un paso más en la evolución de esas esferas de conciencia, creando con sus pensamientos a veces confusión y desamor, a veces alegría y amor, sólo para llegar a convertirse en seres cada vez más compasivos y sabios.

La vida no es ajena a ti. La vida no sólo fluye por tus venas humanas. La vida sigue cuando tu cuerpo no está, porque tienes otros cuerpos que siguen creando la vida, y si quieres, volverás a la vida física una y otra vez.

Porque la vida no puede Ser sin ti.

Y yo personalmente te doy gracias por formar parte de la Vida.

Te deseo una semana maravillosa, llena de Amor, Plenitud y Sabiduría.

Un afectuoso saludo,

Manuel Requena

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