paisaje

 

La vida es un regalo.

Todos y cada uno de los seres que formamos la existencia tenemos la gran oportunidad de vivir y disfrutar de grandes oportunidades de aprendizajes sobre el amor.

Eso no significa que la vida sea fácil.

A veces la vida es un gran reto, pues antes de aparecer en esta ilusión de tercera densidad en la que habitamos, hemos elegido una gran cantidad de situaciones que nos causarían estrés y desasosiego, para poder tener la oportunidad de expresar amor de muchas formas.

Y no sólo amor por otros, sino también, y principalmente, por nosotros mismos.

El camino del buscador es largo, sutil y lleno de sorpresas. No hemos venido aquí para únicamente disfrutar de una vida plácida y relajada, como unas vacaciones, sino también para crecer, para expandirnos, y para preparar el camino para nuestras próximas experiencias en las siguientes densidades de evolución del alma.

Es como el alumno que aprende en primaria las operaciones básicas (como dirían mis abuelos, las cuatro reglas), para después tener los conceptos básicos para aprender geometría y trigonometría más complejas.

Cada paso es necesario, y podemos equivocarnos muchas veces. Podemos repetir curso, y podemos disfrutar, no sólo de los aprendizajes, sino también de los recreos, de las charlas con los compañeros, de los momentos de vacaciones, de las risas, de las peleas.

El viaje del alma es así.

Se parece, en cierto sentido, mucho a nuestro tan humano viaje terrenal. Con sus clases, sus compañeros, sus lecciones, sus vacaciones…

Lo importante tal vez sea recordar que siempre tenemos un hogar al que regresar, unos padres que nos quieren, y muchos amigos que nos acompañan en el camino.

Y el alma tiene siempre el hogar en el interior, unos padres celestiales que la protegen y cuidan, y muchos amigos físicos y no físicos que la acompañan y la dan aliento y confianza para afrontar los retos del juego.

Porque tu viaje es importante. Has venido a disfrutar, a crecer, a reír, a llorar, a exprimir estos breves momentos de la vida al máximo.

Y cuando te vayas de esta breve vida humana, que es apenas un parpadeo para el alma, podrás decir: “he vivido una vida plena, llena de sentido”.

Que así sea.

Te deseo una semana maravillosa, llena de Amor, Plenitud y Sabiduría.

Un afectuoso saludo,

Manuel Requena

 

 

 

 

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